Inside Out: ¿nos sirven las emociones?

Si no has visto la película de animación Inside Out (Del revés), tienes que verla. Gracias a ella (entre otras cosas), la Inteligencia Emocional está en boca de todo el mundo. Ahora casi todos hemos oído hablar de ella, o por lo menos, ya nos suena. Los científicos cada vez dan más importancia a trabajar los temas emocionales, y es que, desde mi experiencia profesional, diría que las personas con menos capacidad de insight (o instrospección), es decir, las que menos se conocen, son las que más dificultades emocionales suelen tener. Y tiene su lógica, ya que si no te conoces, difícilmente vas a poder identificar aquellas cosas que debe cambiar para mejorar.

La película Inside Out (Del Revés en español) muestra cómo funciona nuestra mente de una manera espectacular. Aparecen cinco personajes que representan cinco emociones básicas, como son la alegría, la tristeza, la rabia, el asco y el miedo,  las cuales ayudan a Riley (la niña protagonista) a hacer frente a lo que le va sucediendo en su día a día, es decir: las emociones le ayudan a enfrentarse a su mundo. Esto, que parece una tontería, es algo que nosotros olvidamos con frecuencia, ya que muchas veces tenemos miedo o aversión a nuestras propias emociones, y con frecuencia intentan evitarse dado el malestar que nos provocan.

Pictured (L-R): Sadness, Fear, Anger, Disgust, Joy. ©2015 Disney•Pixar. All Rights Reserved.

Cierto es que, si reducimos las cosas al absurdo, estamos aquí de paso, y el objetivo final de todas las personas sería ser feliz. Entonces nos preguntaremos qué hacen esas emociones cuya simple “presencia” ya nos molesta o directamente nos provoca malestar, como por ejemplo la emoción de tristeza, la rabia, la envidia, la culpa, la inseguridad, la frustración… Como en toda estrategia inteligente, vamos a acercarnos a nuestro enemigo para conocerlo mejor.

Alegría: es nuestro sistema natural para repetir aquellas conductas que nos proporcionan felicidad, satisfacción..

Asco: es un sistema de protección, por así decirlo. El asco funciona como señal de alarma para situaciones que pueden provocarnos algún malestar, como por ejemplo, detectar algún alimento en mal estado, detectar algo que está sucio y nos puede infectar…

Miedo: el miedo es un sistema natural de alarma. Es una respuesta básica ante el peligro y nos indica la necesidad para actuar de forma inmediata y/ o prestar atención. Por ejemplo, imaginemos que vamos a cruzar la calle y de repente se acerca un coche. Si no se desencadenara la emoción de miedo, nuestro cuerpo no se prepararía para salir corriendo y moriríamos. Básicamente existe para la supervivencia de la especie.

Ira: es una respuesta natural ante una conducta lesiva que percibimos como intencional ante una situación en la que nos tratan mal o somos víctimas. Nos indica la necesidad de aumentar la actividad para movilizar esfuerzos para defendernos a nosotros mismos, a un ser querido… La ira es normalmente dirigida a la fuente percibida o causa de esta amenaza (o sentimiento).

Tristeza: ¡Pobre tristeza! A pesar de que todos solemos rechazarla, ¡es una de las emociones más importantes! La tristeza o depresión es una de las emociones que más intentamos evitar o rechazar. ¿Cuántas veces has escuchado a alguien decir “anímate” o “no estés triste”? Sin embargo, la tristeza también tiene una función importante en nuestras vidas. La tristeza o depresión es el abatimiento extremo, melancolía, y un sentimiento de desesperanza, la cual es una respuesta natural ante una situación que percibimos como incontrolable o como pérdida. Como la pérdida de alguien querido, o un contratiempo personal que no tiene una solución obvia. Nos indica la necesidad de aislamiento o retraimiento y la reducción de actividad para que pueda empezar una especie de periodo de “luto”, reunir recursos y podamos procesar lo que ha pasado de forma apropiada. También funciona como una importante señal social, solicitando ayuda y apoyo de otros.

 

Existen otras emociones, las cuales no aparecen en la película, porque son llamadas emociones secundarias, pero no aparecen en la película. Aquí podrían entrar emociones como la ansiedad, la frustración, la vergüenza, etc.

 

Entonces, ¿las emociones son malas?

Es importante entender que las emociones no son necesariamente “malas” o “peligrosas” aunque algunas veces sintamos que sí lo son. Necesitamos todo el rango de emociones: las “buenas” y las “malas” para poder funcionar en el mundo. Imagina por un momento cómo sería no tener emociones. No tendríamos subidas y bajadas, pero seríamos robots, autómatas sin rumbo a lo largo del día. Ahora imagina cómo sería si sólo tuvieras las emociones “buenas”, ¿cómo sabríamos que estamos en peligro si no sintiéramos miedo?, o ¿cómo nos defenderíamos si no sintiéramos ira? La cuestión es que todas nuestras emociones, las buenas, las malas, las feas… nos dan mucha información sobre lo que está pasando en nuestra vida. Nos ayudan a dirigir nuestro mundo y a motivarnos a hacer cosas que son de ayuda para nuestra supervivencia. El problema está cuando esas emociones se agravan o extienden en el tiempo y comienzan a tomar un matiz menos lógico o menos adaptativo que el tenían cuando aparecieron. Vamos a poner un ejemplo rápido: si tengo un accidente en coche, es normal que al principio tenga miedo. Ese miedo me indica que el coche ha sido peligroso, y que debo ir con cautela. Pero si yo, como respuesta ante ese miedo, dejo de conducir, y pierdo mi trabajo, por ejemplo, no está siendo demasiado adaptativo.

 

 

Entonces, ¿Qué podemos hacer con ellas?

Lo que nos enseña la película de Inside Out al final es que las emociones están aquí por algo, y que por tanto no debemos esconderlas u obviarlas, o incluso intentar hacerlas desaparecer. Vamos a intentar ofrecerte algunos pasos que quizás puedan ayudarte:

 

  1. Identificar qué siento. Vamos a fijarnos en esa emoción y a ponerle nombre: enfado, rabia, envidia, culpa, fracaso, frustración, anhelo, melancolía… Como hemos dicho anteriormente, el primer paso es identificar al enemigo para poder enfrentarnos a él de manera existosa.
  2. Saber qué interpreto de una situación para que me produzca dicha emoción. ¿Qué me digo a mí mismo para sentir tal cosa? En el ejemplo anterior esta persona se decía que “si conduzco volveré a tener un accidente”. Detecta tu diálogo interior.
  3. Pregúntate si este pensamiento te sirve para algo o al contrario te limita en tu día a día: recuerda que la cuestión es ser feliz, ¿no? ¿Te ayuda este pensamiento? En el ejemplo del coche claro que ayuda. Te ayudará a ser cauteloso. Pero no te servirá el que te siga incapacitando para ir a trabajar.
  4. Si ves que no te ayuda en nada, que no te deja avanzar, vamos a plantearnos qué puedo hacer para remediar esta emoción negativa. Por ejemplo, si siento enfado con un amigo porque ha hecho algo que no me ha gustado, puedo relajarme y hablar con él en confianza. Si mi pareja me ha dicho algo que me ha dolido y me produce tristeza, intentaré buscar el momento para trasmitirle mi disgusto. Si me siento culpable por algo, intentaré pedir perdón y expresar cómo me siento…

 

Leer sobre Inteligencia Emocional te ayudará a comprender mejor cómo funcionamos y también a comprenderte mejor a ti mismo/ a. Busca en tu interior, ya que tú mism@ tienes las respuesta a tu felicidad.

 

 

Sandra Herreros.
Psique Positiva.
Recent Posts
0