Quiérete. ¡Al fin y al cabo tú siempre estarás ahí!
Nadie en el mundo occidental puede decir que no haya escuchado alguna vez decir a alguien que tiene una baja autoestima, o que no sabe qué hacer para mejorarla. De hecho, en nuestro día a día escuchamos a muchas personas decir “no sé por qué me quiero poco” o “no sé de qué manera podría tener una mejor autoestima”. Por esta razón, las consultas de psicología o los psicólogos, atendemos todos los días a personas con problemas de autoestima que pueden derivar o precipitar otros problemas más graves.
Pero primero, estaría bien saber qué es la autoestima, porque muchas veces es un término que lleva a error.
La autoestima no es lo que creemos que somos, sino el valor que nos damos.
Ciertamente hay errores en este sentido. La autoestima no es el concepto que tenemos de nosotros mismos, sino el valor que le damos a ese concepto. Me explico.
Yo puedo hacer de mí la siguiente descripción:
“Soy una persona reflexiva, activa, habladora, aunque solamente en espacios con gente de confianza. Con gente que no conozco me defino como una persona tímida a la que le cuesta hacer amig@s”.
Bien. Este sería nuestro autoconcepto. La definición que hacemos de nosotros mismos, comprendiendo que tenemos unos rasgos de personalidad, unas aptitudes. A estas características se les otorga un VALOR, que puede ser positivo o negativo, dependiendo de nuestro juicio propio. Por ejemplo: a la caracterísistca “habladora”, yo le puedo otorgar un matiz positivo, es decir, valorarlo como algo positivo, ¡o no! Todo depende de mi propia valoración, y así con todas las características. Si la mayoría de nuestros juicios son negativos, consecuentemente nuestra autoestima será negativa. Si yo considero que la mayoría de esos rasgos que me caracterizan son positivos, el valor por tanto será positivo, y así lo será mi autoestima.
Sobre los años 80 se comienzan a hacer publicaciones sobre la autoestima, ya que se realizan múltiples estudios en este campo, demostrando que existe una gran correlación entre la baja autoesitma y diferentes trastornos psicológicos como puede ser la depresión o el trastorno de depresión mayor, la distima, la ansiedad generalmente hablando, problemas en las relaciones de pareja y sus derivados, la dependencia emocional, los malos tratos, problemas sociales en general…
Aceptación de los límites y capacidades.
El concepto de límite es muy importante para trabajar la autoestima. En esta sociedad se nos pide que seamos perfectos, los mejores. Esto choca frontalmente con nuestra vivencia, ya que en ella se cometen errores de forma regular, ¡todos los días!. Lo adecuado está en sentir una parte de nosotros como maravillosa, aquella que se refiere a nuestras capacidades. Somos buenos para unas cosas, tenemos cualidades que ponemos o no en práctica, hemos conseguido cosas…
La otra parte de nosotros alberga los límites. Sí, a veces somos odiosos, nos enfadamos, perezosos, desordenados, débiles, miedosos, no sabemos hacer todo e incluso nos equivocamos. La parte de los límites es la que intentamos esconder. La que nos avergüenza de nosotros mismos. Ponemos tanta atención en nuestros defectos que no hacemos sino hacerlos más presentes y sentirnos peor. Toda esta energía puesta en los límites nos impide superarnos.
Necesitamos aceptarnos como un todo, con límites y capacidades. Querernos sin condiciones. Sólo así sentiremos el aumento de la autoestima. Necesitamos estimar lo mejor de nosotros y lo menos bueno. Si quieres favorecer la autoestima de los otros, reconoce sus méritos y no digas continuamente lo peor que hace. Transmite la idea de que lo perfecto no existe, lo adecuado sí. Así que… ¿por qué no hacerlo también con nosotros mismos?
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Algunos ejercicios prácticos:
Realiza dos listas: una de cualidades que poseas, no importa que se manifiesten frecuentemente o no. No importa que las tengas en una cantidad grande o pequeña. El hecho es facilitarte que te des cuenta de ellas. Atender lo que se tiene en pequeña medida facilita desarrollarlo.
La otra puedes hacerla de tus logros: pequeñas cosas que te hayan supuesto pequeños esfuerzos. Posiblemente nadie las ha valorado. El centrar la atención en esto facilita el verse la capacidad y la valía.
Consecuencias de tener una baja autoestima.
El tener una baja autoestima conlleva que la persona no se gusta o se considera globalmente como una persona no válida y, por lo tanto, se rechaza en parte o totalmente. Esto tiene distintas consecuencias:
- Inseguridad, incapacidad y emociones negativas. En primer lugar, el hecho de tener un concepto negativo de uno mismo, causa sentimientos de inseguridad e incapacidad. La persona piensa que como no vale, es incapaz de realizar algunas actividades, y se siente inseguro cuando tiene que hacerlas. Esto conlleva que la persona experimente emociones negativas como tristeza o ansiedad. Por ejemplo, si una persona se considera torpe en un sentido general, se sentirá incapaz de estudiar, lo que le llevará a sentirse inseguro en clase, y en los exámenes. El resultado es que, posiblemente se sienta desgraciado y experimente ansiedad excesiva en situaciones de estudio.
- Perturbar la ejecución. En segundo lugar, cuando la persona se enfrenta a situaciones en las que está poniendo a prueba su valía personal de alguna forma, también surgirán pensamientos negativos referidos a la situación que pueden interferir en la ejecución. Por ejemplo, imaginemos una persona que considera que es torpe en las relaciones con los demás, en las situaciones sociales. Cuando la persona se enfrenta a esas situaciones (por ejemplo, mantener una conversación con otros), le surgirán pensamientos como “si hablo, haré el ridículo”. Esos pensamientos pueden tener como consecuencia que, de hecho, hable peor, es decir, que su ejecución sea peor.
- Evitación. Otra consecuencia de tener una baja autoestima es que la persona empieza a levantar barreras defensivas para evitar cualquier juicio negativo y autorrechazo. Es decir, que para no arriesgarse, evitará hacer todo aquello en lo que tenga o crea tener dificultades: entrevistarse para un trabajo, expresar su sexualidad, ser el centro de atención, pedir ayuda, solucionar un problema, etc.
La evitación es la forma más común de paliar aquello que nos da miedo o nos causa inseguridad, pero, ¡cuidado, amigos! También es la formal en la que todos nuestros miedos e inseguridad se afianzan.
Cómo mejorar mi autoestima.
Vamos a hacerlo fácil. Te planteo unos puntos que puedes realizar para mejorar o entrenar tu autoestima:
- Sé consciente de tu autoconcepto: cómo te ves, qué rasgos crees que tienes.
- Anota tus propias valoraciones a esos conceptos, para saber o ser consciente realmente de si tienes una baja o elevada autoestima (AVISO: este es un ejercicio de referencia que no debe tomarse como diagnóstico).
- Mira cómo te hablas a ti mismo. Observa esas características que has apuntado. Por ejemplo: “soy una gorda”, “tengo una nariz espantosa”, “tengo una barriga fofa y fea”. ¿Hablarías así a los demás? Si lo que quieres es empezar a quererte más, empieza por hablarte bien y darte cariño.
- Haz de nuevo esa lista y cambia las palabras desagradables por otras neutras. El lenguaje es nuestra representación de la realidad, por tanto es de suma importancia que lo utilices bien. Ejemplo: “soy una pésima cocinera” à “estaría bien mejorar mis habilidades en la cocina”; “tengo una nariz espantosa” à “mi nariz es puntiaguda y me proporciona carácter”.
- Puedes utilizar esa lista de cosas que no te gustan para transformarla en cosas que puedes mejorar. Por ejemplo: “se me dan fatal los deportes” à “mi gran habilidad no es practicar deportes pero puedo intentar mejorar en el pádel para poder ir los sábados a jugar una partida con mis amigas”.
Apuntes finales
No tienes que ser bueno o buena en todo. Nadie lo es. Pero mírate bien porque tienes muchas cosas positivas y muchos puntos fuertes. Ser consciente de ellos te podrá ayudar a potenciarlos, y ser consciente de tus límites simplemente te hará sentirte en paz contigo mismo o misma.
Si a pesar de ello crees que necesitas ayuda para mejorar tu autoestima, échale un ojo a nuestra página web https://psiquepositiva.com/quierete/ o mándanos un mail a info@psiquepositiva.com. Intentaremos estar a tu lado para mejorar lo que desees.